Mercado de maridos y mujeres

Que China es comunista sólo de boquilla y para lo que le interesa es algo que ya sabemos todos. El consumismo abarca cada vez más facetas de la vida diaria. Vamos con un ejemplo.

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Varón, shanghainés, 27 años, del año de la rata, con ganancias de 5.000 yuanes al mes, 1.68 metros, 67 kilos.

BUSCA: mujer entre 20 y 25 años, con ganancias al menos menos de 2.500 yuanes al mes, shanghainesa, con carrera.

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Los datos son aleatorios porque los candidatos nos han indicado que prefieren permanecer en el anonimato, pero vienen a ser del estilo.

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Todo esto, ¿para qué hace falta? Por lo visto los jóvenes chinos están tan ocupados trabajando que no tienen tiempo para encontrar una pareja con la que tener churrumbeles. Está mal visto, además, estar soltero a edades como 30 si se es varón o 26 si se es mujer.

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Leyendo un poco entre líneas… quizás sea que tanto mirar el móvil para chatear con los amigos, se han olvidado de que hablando se entiende la gente y hay que volver a los orígenes para poder relacionarse.

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Total, que los que vuelven a los orígenes son los padres. Quedan durante el fin de semana en la Plaza del Pueblo, 人民广场, el parque más céntrico de Shanghai, para enseñarse los CV de los hijos como si intercambiasen cromos. Seguro que más de uno consigue rollo antes que el hijo.

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Mercado de maridos y mujeres de 人民广场

Están también los que ven la oportunidad de negocio como buenos chinos que son. Entre los padres de unos y las madres de otros están las agencias que ayudan a encontrar a la media mandarina. Si todo esto no sirve, siempre se puede hacer que el anuncio se parezca un poco al perfil de Facebook. Perdón, de weibo, que aquí facebook… como que no.

Buscando la estética facebook

Buscando la estética facebook

Lo que no vendan los chinos…

Maps: People’s Square.

Weibo.

El lago Inle, la Venecia birmana

Para terminar el pirulo birmano vamos hasta el lago Inle, en la montañosa provincia Shan. El primer día nos lo pasamos en el coche, mientras que el segundo fuimos en barca de un lado para otro.

Varias cosas nos llamaron la atención de esta zona: es montañosa, los campos son unos secarrales, hay olivos y girasoles, en el monte hay pinos, y por la noche hace frío. Si no fuese por las niñas con la mascarilla de sándalo, ¡aquello parecía Castilla!

Atravesando estos campos mesetarios llegamos a Pindaya donde vamos a ver la cueva de Shwe Oo Min. Como cueva natural no es nada del otro mundo, pero el hecho de que albergue más de 800 estatuas de buda cambia la cosa. Hay estatuas de oro, de bronce, de mármol, de moonstone (no averiguamos lo que era eso), etc. Proceden de donaciones, y la mayoría tienen la tradicional placa con el nombre del donante. Les ha quedado un poco recargado, aunque no quiero pensar lo que habrían hecho los chinos con esto: 8.000 en vez de 800 y el doble de luces de colores.

Cueva Shwe Oo Min en Pindaya

Cueva Shwe Oo Min en Pindaya

Cueva Shwe Oo Min en Pindaya

Cueva Shwe Oo Min en Pindaya

El paso por Pindaya es fugaz y enseguida nos subimos al coche para dirigirnos ya al lago como tal. Atravesando los polvorientos campos de Castilla, nos acercamos a Nyaung Shwe para establecer el campamento base. A las puertas del pueblo nos encontramos con una de esas perlas que ni se buscan ni se esperan, pero que cuando se encuentran añaden un punto especial al viaje. Entramos en el monasterio de Shwe Tan Pyay donde varios novicios, si es que hay novicios entre los monjes budistas, están acicalándose en el patio. Afeitándose la cabeza, lavándose los dientes, duchándose… Muy fotogénico.

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Shwe Yan Pyay Monastery

Tras tirar de teleobjetivo un buen rato nos volvemos a subir al coche para ir al hotel. Nos vamos de paseo por Nyaung Shwe y nos damos cuenta de que aquí a  unos pocos años este pueblecito pasará a formar parte de la famosa Banana Pancake Trail junto a Yangshuo, Hoi An, Halong o Siem Reap.

Llegamos muy de noche, así que hacemos poco más que cenar (un banana pancake)  y prepararnos para la ruta en barca del día siguiente.

Nyaung Shwe

Nyaung Shwe

El lago Inle no es especialmente grande. Ni muy profundo. Tampoco está por debajo del nivel del mar, ni tiene una concentración muy alta de sal. Ni siquiera tiene un monstruo. Pero tiene huertos flotantes, búfalos, pescadores que reman con el pie, vendedores en barca… Una cosa compensa la otra.

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

De norte a sur el lago tendrá unos 15 km, y no más de 5 km de este a oeste. Como el resto de la provincia, está bastante alto, a unos 900 m sobre el nivel del mar, lo que hace que refresque mucho por la noche. Claro, estamos en Castilla, y todo buen castellano sabe que hay que llevar una chaqueta al salir de casa por la tarde. Hay una cadena de montañas a cada lado del lago, aunque nos quedamos con las ganas de subir. Ver un amanecer desde uno de los picos habría sido épico. Qué le vamos a hacer, la próxima visita tendrá más de trekking y menos de barco.

A lo largo del paseo nos llevan a varios scenic spots, principalmente tiendas de artesanía, a saber:

– la tienda de los tejidos de fibra de loto,

– la tienda de los cigarros y de los puros,

– la tienda de los abalorios de plata,

– la tienda de la forja de metales,

– la tienda del papel de morera.

Muy curiosas todas, aunque la mayoría de las fotos no están en el pañuelo de loto o el anillo de plata como tal. El taller de tabaco de Nampan fue de los más curiosos; allí añaden una pizca de anís a los cigarros (aunque para el paladar desentrenado saben igual de mal).

Nampan

Nampan

Fábrica de pitis en Nampan

Fábrica de pitis en Nampan

Por la tarde recorrimos uno de los canales alrededor de Inthein. A un lado y a otro vemos gente dándose un baño, huertos, bueyes de agua…

Canal de Inthein

Canal de Inthein

El canal y el posterior paseo en tierra nos llevan hasta la Shwe Inn Thein Paya. Cada pagoda por sí misma no pasa a la historia, pero el conjunto de pagodas derruídas, las antiguas aún en pie y las nuevas recién pintadas de dorado o encaladas de blanco le dan un aspecto mezcla de cementerio de pagodas y museo arqueológico al aire libre. Al ver la rehabilitación que estaban haciendo con algunas pagodas tuvimos un debate sobre el terreno acerca de lo que les espera si renuevan todo el museo. Por un lado, los turistas, en nuestro afán de querer sacar fotos a las piedras, nos gusta que las piedras sean antiguas. En todo caso, si las han rehabilitado, por lo menos tienen que parecerse a su estado original. ¿Unas cuantas pagodas recién construidas tendrían el mismo interés turístico que una iglesia de ladrillo en Madrid? Vaya, que ninguno o menos. Dado que economía de la región dependerá cada vez más del turismo, esto sería contraproducente.

Por otro lado, los birmanos son unos budistas muy píos. No vimos templo, estupa o pagoda donde no hubiese gente arrodillada. Las estupas se construyen a base de donaciones; unas más grandes, otras más pequeñas, más sencillas, más ostentosas, etc. Pero todas con donaciones. ¿Quién le puede negar a alguien que lleva toda la vida visitando la pagoda que construyó su abuelo que la vuelva a pintar, o que rehabilite aquella donde siempre llevaba sus ofrendas y que la lluvia ha acabado de derrumbar? ¿Puede haber un equilibrio entre atraer el turismo manteniendo la religiosidad del lugar?

No llegamos a ningún acuerdo.

Shwe Inn Thein Paya

Shwe Inn Thein Paya

Shwe Inn Thein Paya

Shwe Inn Thein Paya

Ya de vuelta a la barca recorremos de vuelta el canal de Inthein y nos adentramos en los huertos flotantes del Inle. Tomateras, pimientos… todos flotando y sujetos con bambú. Qué ganas de montar uno en casa.

Huertos flotantes

Huertos flotantes

Para terminar, viento en popa a toda vela directos al hotel. ¿Directos? Estamos en el extremo sur del lago y tenemos que llegar hasta el extremo norte. De paso vemos el atardecer desde la barca, ¡y qué atardecer! ¡Qué fotogénico! Si es que haces una foto al agua y sale bien. En este último trecho de aventura recordamos las sabias palabras que nos dijeron… «llevad una chaqueta que por la tarde refresca».

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

¡¡Mingalaba!!

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

Lago Inle

 

Y vuelta a casa.

 

Maps: lago Inle.

Maps: Banana Pancake Trail.